En el borde del abismo y de la duda
Está escondido
De la mano del pincel y la belleza
Su aliento llega
En el borde del dolor y el infinito
Consuela el alba.
Pero… ¿dónde?
Al lado del camino y la caída
Su luz deslumbra
Y si remas mar adentro
Su viento sopla
Una pluma y hoja en blanco
Su verbo escuchan.
Pero… ¿dónde?
Entre alpinas y profesas escaladas
Su voz se acoge.
Pero… ¿dónde?
Entre fuegos y tormentas y miedos y pasiones
Tus sueños andan
Y con cantos de sirenas a tu paso
Su amor despiertas
Cuando muere el grano en tierra
Y da su fruto
Si abierta es tu mirada al horizonte
Pleno destino del sosiego
Donde sal sazona el alma
Allí, sí, allí…
Su rostro espera.
J. Bodas
23/06/13
Encierras tus misterios. Cuando menos inquietante este nuevo poema. Cada uno de sus versos hace pensar a que o a quien se le aplicaria. Veo muchos «dondes» encerrados…….
Concha,
Gracias de nuevo por tus agudos comentarios.
La libertad del lector para encontrar esos «dóndes» esta implícita en la capacidad del escritor o del poeta de provocarle o sugerirle posibles caminos por dónde encontrarles…
Un abrazo y felicidades por ser quién eres y cómo eres,
Javier