No eres llanto no eres vida no eres niño ni dolor
No eres mundo ni tercero no eres madre no eres sexo ni canción.
No eres sangre no eres viento ni conciencia
No eres cielo no eres duelo ni esqueleto ni temor.
No eres hambre no eres polvo ni eres sol.
No te entierran no eres ave ni desierto ni eres Dios.
Solo carne, carne fresca alimento de lujo…
En mi salón…
(De «Poemas de adviento…
… entre canciones de esperanza)
Ver «Obras y trabajos en curso» (Pág. 30).